En esta etapa de florecimiento de nuevos productos y servicios basados en IA, independientemente de su utilidad, es un buen momento para prestar atención a lo que puede estar sucediendo en el segmento inferior del mercado (downmarket).
Como ya ha sido ampliamente estudiado y haciendo algunas simplificaciones, en la mayoría de los casos la aparición de un competidor disruptivo sucede en el downmarket, dado que es normal que las empresas ya establecidas se concentren en el upmarket, donde hay mayor y mejor facturación disponible.
La aparición de estas disrupciones está usualmente asociada a un cambio tecnológico que algún competidor logra incorporar adecuadamente a su producto o servicio. Esto genera una propuesta de valor disruptiva, que inicialmente es adoptada porque los clientes en el downmarket tienen mayor incentivo para hacerlo.
¿Qué es lo nuevo?
Aunque en varios campos aún falta entender quién será el competidor disruptivo, está claro que en muchos casos estará impulsado por IA y que sobran incentivos para atacar ciertos mercados. Esto se nota en la abundancia de capital que se está destinando a todo lo que mencione “IA” en su presentación para inversores, quienes en algunos casos buscan elegir a los nuevos “asesinos de gigantes”.
Un aspecto que me llama la atención es que esta nueva serie de productos y empresas aparentemente está aprovechando su acceso a capital para perseguir clientes del upmarket, quienes además en muchos casos están presionados por mostrar “acciones de IA”.
La oportunidad
Esto debería ser aprovechado por empresas existentes, ya que esta transformación tecnológica es de amplia accesibilidad y permite a jugadores establecidos enriquecer su oferta en el downmarket.
Es un camino que mejora la propuesta de valor para una base amplia de clientes, con mucha cercanía a sus problemas, donde una ejecución altamente basada en tecnología permite mantener una posición indispensable frente a nuevos competidores y facilita la vigilancia tecnológica.
Juan Saavedra 