Race Pace. A mi no me gusta la traducción, pero es esa. Parte de porqué no me gusta es porque creo que no le hace honor al pace, que quizás se aproxima más a cadencia. Viene del automovilismo y lo conocí viendo Fórmula 1.
¿Porqué el que hace la vuelta más rápida no gana necesariamente? Muchas veces, es porque el piloto o el auto no tiene un buen race pace: la capacidad de sostener esa rapidez de vuelta durante toda una carrera con la variabilidad que hay (temperaturas y desgaste de neumáticos, frenos, estado de la pista, otros pilotos, estrategias, etc).
Hay mucho de esto cuando tratamos de encarar proyectos complejos y demandantes, donde nos preguntamos porqué nuestro equipo no necesariamente rinde a todo su potencial. Y más frustrante es cuando ese potencial aparece ocasionalmente, porque sabemos que es posible.
Es exigente
No hay misterio: mantener un buen race pace en un proyecto es exigente. Agregar valor es laborioso, y hacerlo con ritmo implica que no da tregua. Sin embargo, si se vuelve algo verdaderamente agotador durante mucho tiempo, es insostenible.
Para sostener un buen pace tenemos que estar en forma, incluso físicamente. Pero, a nivel organizacional, tenemos una buena memoria casi muscular de cómo hacer ciertas cosas. Si todo lo tenemos que pensar, conversar o consensuar vamos a tener una inversión de energía adicional que se suma a lo exigente de la ejecución.
Si queremos algo más ordenado y controlado, podemos usar procesos. Si es algo más dinámico, muchas veces dependerá de decisiones individuales. Lo importante es que el mecanismo esté claro para todos.
El auto pesa
Es fundamental tener las herramientas adecuadas, y eso a veces implica invertir en aquellas que verdaderamente marcan la diferencia. Si vas a usar un martillo todo el día, vale la pena probar los mejores para entender qué te aportan y si te ahorran agotamiento.
El uso de herramientas adecuadas y la búsqueda de mejoras con el objetivo de mantener el pace es un tema recurrente en cualquier presentación sobre Developer Experience. ¿Estamos trabajando en cómo llevar esos conceptos a toda la organización?
¿Qué tan rápido vas?
Es importante contar con datos que nos permitan entender cómo estamos. En desarrollo, creo que los mejores indicadores vienen de métricas como DORA y la velocity si utilizás Scrum. Aunque podrías construir mediciones más elaboradas, estas son suficientemente buenas.
En otras áreas (como ventas), los indicadores suelen ser más fácilmente medibles, lo que permite saber con precisión cómo estás. El desafío muchas veces es integrar esos datos como parte de una máquina más grande y conectarlos con el todo.
No todo es motor
Cuando trabajamos en proyectos, es importante entender que para “ganar” no solo importa la velocidad puntual a la que podemos ir, sino cómo podemos lograr una muy buena velocidad y sostenerla a lo largo del proyecto, adaptándonos a los cambios: una mejora continua.
Esto no es algo novedoso y está capturado en algunas metodologías de trabajo. Por ejemplo, el rol del Scrum Master se centra en remover obstáculos y actuar como facilitador. Asimismo, las retrospectives son una herramienta valiosa para infundir la visión de que no solo debemos evaluar lo que hacemos, sino también cómo lo hacemos.
Juan Saavedra 