Los RPAches que no son tales

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Cuando te explican Robotic Process Automation es imposible no encontrarle olor a «parche». Algo que está hecho para cubrir necesidades rápidas de forma económica que nos ofrece una solución puntual que no garantiza que resista en el tiempo.

Un purista los rechazaría de plano y otros los veríamos como algo útil pero de corta vida, que con el tiempo se ve sustituido por soluciones de fondo. Mientras tanto, en el mundo real, ya es una industria de más de US$ 3.000 millones de dólares con proyecciones de crecimiento al 2030 de más de US$ 13.000 millones.

Como dato curioso, ya se está acercando a empatar al tamaño del mercado de las curitas. ¿Qué tal para parche?

El valor de resolver problemas

Una de las claves del éxito del RPA es su capacidad para resolver problemas de forma directa, sin depender de reformas estructurales más complejas. A diferencia de un proyecto de transformación digital que lleva mucho esfuerzo organizacional, un RPA puede ponerse en marcha rápidamente para automatizar tareas tediosas en forma económica y dando nuevas posibilidades a la organización usando sistemas familiares para los usuarios.

Por más que sus soluciones puedan parecer limitadas o se acepten como temporales, hay que reconocer que sigue siendo mejor que la alternativa de que una persona se encargue manualmente de esas tareas repetitivas. Al final del día, el RPA es una respuesta pragmática a problemas prácticos.

Lo temporal es más permanente de lo que imaginamos.

Los caminos imprevistos de la innovación

La innovación muchas veces viene por caminos inesperados y quizás desestimables a priori. Lo que en un principio puede parecer una solución temporal y de futuro improbable, puede convertirse en el punto de partida para algo mucho más grande.

En el caso del RPA, el mercado está experimentando un segundo aire gracias a la incorporación de modelos de lenguaje como los LLMs. Estas integraciones prometen automatizaciones más inteligentes, capaces de adaptarse a situaciones imprevistas y tomar decisiones con mayor precisión.

Lo interesante es que esta revolución no necesariamente requiere empezar desde cero, muchas de estas mejoras pueden aplicarse sobre infraestructuras de RPA existentes! Contrario a lo que en muchos casos se anticipó, quienes lo adoptaron quizás puedan aprovechar la inversión ya realizada y obtener soluciones más sofisticadas sin un gran cambio de arquitectura.

Lo perfecto y lo bueno

Al final del día, esa evolución quizás plasma que el valor de resolver algo que apoye el esfuerzo de una empresa. Las organizaciones tienen costos altos al esperar a tener sistemas perfectos para mejorar sus procesos.

Quizás el RPA sea un parche en la gran narrativa de la transformación digital, pero también hay que recordar que lo perfecto es enemigo de lo bueno.